Breve encuentro con… DEZSÖ RÁNKI: «El éxito es impredecible, pero el placer de ser capaz de tocar obras maestras significa mucho más»
Dezsö Ranki está considerado como uno de los mejores pianistas húngaros, siendo un reconocido intérprete del repertorio clásico (Mozart, Beethoven), romántico (Schubert, Schumann) y contemporáneo (Bartók, Kurtág). Actúa regularmente en las salas más prestigiosas de Europa, Japón y América, en ciudades como Londres (Queen Elisabeth y Wigmore Hall), París (Châtelet, Théâtre de la Ville), Ámsterdam (Concertgebouw), Berlín, Viena (Wiener Festwochen), Milán, San Francisco, Montreal y Toronto. Dezsö Ranki es invitado regularmente por los festivales más importantes, entre los cuales figuran Lucerna, Ascona, Prague Spring, Weimar, Montpellier, Grange de Meslay, Roque d’Anthéron, Folle Journée de Nantes y Tokyo, Fêtes romantiques de Nohant, Lockenhaus, etc.
¿Podemos concebir la vida sin música?
Zoltán Kodály dijo: ”Es posible vivir sin música, pero no merece la pena”. Estoy al cien por cien de acuerdo con él. La música es un medio a través del cual podemos expresar nuestros sentimientos más profundos, y la forma más directa de tocar nuestras almas.
¿Nos podría decir cuál es su primer recuerdo musical?
Mi primera experiencia realmente memorable con la música fue el Concierto para Piano No. 5 de Beethoven, cuando tenía entorno a seis años y la escuché en la radio. Todavía recuerdo exactamente cómo me sentí. Cuando era un niño, la radio siempre estaba encendida en casa, y en esos tiempos era muy frecuente que la música clásica fuera parte en el programa que solíamos escuchar. Escuché mucha música y empezó a formar parte de mi vida desde muy joven. Además, la gran afición de mi padre era coleccionar discos, y siempre los escuchábamos juntos.
¿Su compositor preferido y la razón de ello?
¡Y cinco también! Hay varios músicos cuya forma de interpretar, dirigir o cantar me ha impactado profundamente: Dinu Lippati (con una vida lamentablemente corta, todas sus grabaciones son increíblemente honestas, artísticas e impecables), Josef Hofmann (un genio con la interpretación más espontánea), Sviatoslav Richter (el gigante de la segunda mitad del siglo XX, me atrevería incluso a decir que mi padre musical – tuve la oportunidad de escucharle en vivo unas cuantas veces) y Arturo Benedetti Michelangeli (sus grabaciones y conciertos son esculturas perfectas, como las de Miguel Ángel Buonarroti) como pianistas; Fritz Busch (el director más natural que conozco), Wilhelm Furtwängler (incluso a través de las grabaciones puedes sentir cómo de fascinantes sus conciertos debían ser), Carlos Kleiber (un director elegante, brillante, el músico perfecto) y Sergiu Celibidache (un nuevo mundo en lo que a sonido exquisito y elaborado se refiere) como directores; por último, Pablo Casals, «el” chelista, y el canto desgarrador para el corazón de María Callas. Cuando escucho sus grabaciones, todos ellos me impresionan cada vez más que la vez anterior. Sobre compositores es más difícil responder, pero en los últimos 10 o 15 años me siento más cerca de Bach, Haydn, Schumann, Liszt y Debussy, quizás por la infinidad de posibilidades en su música y la forma en la que pueden tomar profundamente mi alma. Eso no significa, por supuesto, que no me gusten otros compositores, muchas veces depende del trabajo. Creo que es imposible querer todo al mismo nivel. Prefiero seleccionar las piezas que me realmente me hacen querer tocar.
¿Cuál ha sido el mayor reto al que se ha enfrentado durante su carrera como músico?
Tras 50 años de mi vida dedicados a dar conciertos, he aprendido e interpretado mucha música distinta. Tuve suerte, porque me ha encantado interpretar la mayoría de las obras que he hecho. Incluso las que han estado ligeramente fuera de mi zona de confort (obras que tuve que aprender por razones inevitables hace muchos años), acabaron gustándome durante el proceso. Algunas obras eran extremadamente difíciles físicamente, como Petrushka de Stravisnky, el Concierto para Piano 2. de Bartók, o La Fantasía de Don Juan de Liszt, pero musicalmente eran tan maravillosas que nunca perdí las ganas y la determinación para aprenderlas. Desde 1985 interpreto recitales a dúo con mi mujer, Edit Klukon (juntos llevamos más de 500 conciertos), y ahora – aprovechando que yo cumpliré 70 el año que viene, y Liszt 210 (3 por 70) – hemos decidido aprender e interpretar los 13 Poemas sinfónicos de Liszt en la versión a cuatro manos que él mismo compuso. Estos no son simples arreglos, sino maravillosas piezas para piano. ¡Estamos trabajando en ello, y he de decir que es un auténtico desafío!
¿Nos podría contar quién ha supuesto la mayor influencia musical recibida en su vida?
(¡Volved a leer la respuesta a la tercera pregunta!)
¿Qué recomendaciones nos haría a los amantes de la música durante este confinamiento por COVID-19?
Recomiendo a todo el mundo que escuche, aparte de sus obras más queridas, todos los tipos de música distintos que les sea posible, y si fuera posible, más de una vez, ya que normalmente nuestros oídos y mentes necesitan más oportunidades para descubrir las florituras de una obra que no conocemos. ¡Esta situación extraña y difícil es una ocasión perfecta para ello!
¿Podría ofrecer algún consejo para los jóvenes músicos?
¿Cómo puedo dar un consejo tan general? Cada persona es distinta… Bueno, yo creo que la felicidad no se esconde en un gran número de conciertos y una «gran” carrera. La mejor solución es buscar la música más próxima a nuestro carácter como intérprete, intentar comprenderla en profundidad, ensayarla y tocarla de la forma más honesta y perfecta posible. El éxito es impredecible, depende de muchas cosas distintas, pero el placer de tocar obras maestras significa mucho más, nos hace ricos y estables mentalmente.
¿Qué opinión le merece la labor de las sociedades de conciertos como la de Alicante?
He actuado en Alicante para la Sociedad de Conciertos 7 veces ya, siendo la primera actuación en 1976, hace 44 años (!) con la Orquesta Filarmónica Nacional de Hungría y János Ferencsik. He visto la agenda de la Sociedad con una lista de nombres increíbles que han actuado en Alicante. Es una sociedad excelente, y – en mi opinión – aporta mucho al nivel cultural de la ciudad. Muchas otras ciudades alrededor del mundo tienen sociedades de conciertos, pero casi no he conocido otras con una devoción que se aproxime a la de los miembros de la Sociedad de Conciertos de Alicante.
¿Nos podría contar algún recuerdo, anécdota o sentimiento de sus visitas a la Sociedad de Conciertos de Alicante?
Recuerdo un recital en el Teatro Principal en el que actué con una camisa y unos pantalones muy normales, en lugar de con un traje para el concierto, porque mi equipaje no llegó conmigo (de hecho, solo pude recogerlo a la vuelta), y tuve que comprar algo a la carrera. Por supuesto esas cosas pasan, poco a poco te acostumbras al estrés extra. El público en el Teatro fue muy amable y comprensivo.
¿Su mayor deseo para cuando vuelva a Alicante?
Junto con caminar por la costa, oler el aroma del mar y comer mi marisco favorito, estaré muy contento de volver a ver los enormes ficus de sus parques, y disfrutar una vez más de la simpatía de la gente de Alicante.
¿Algo más que quisiera compartir en estos momentos?
Lo más importante que me gustaría compartir es la maravillosa música que planeo interpretar allí, con el deseo de que esta terrible situación mejore rápidamente, y de que podamos volver a organizar conciertos en directo lo antes posible.
EXTRA: Algunos conciertos exclusivos de Dezsö Ránki se encuentran actualmente (1/6/2020) abiertos para todos los usuarios, pueden encontrar los enlaces más abajo.
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[…] puedes ver la entrevista que le hicimos durante el estado de […]