Breve encuentro con… ELISABETH LEONSKAJA: «Sin música, nuestras almas se convertirían en desiertos»

Desde hace décadas, Elisabeth Leonskaja es considerada como una de las mejores pianistas de nuestros tiempos. Siempre fiel a sí misma y a su música, Leonskaja sigue los pasos de los grandes músicos rusos de la era soviética, como David Oistrakh, Emil Gilels o Sviatoslav Richter, su mentor y amigo. Nacida en Tbilisi, Georgia, en el núcleo de una familia rusa, su enorme potencial como intérprete de piano le valió el título de niña prodigio y el comienzo de sus estudios en el Conservatorio de Moscú.

Ha actuado como solista con todas las grandes orquestas mundiales (como la Filarmónica de Nueva York, la London Philarmonic Orchestra, o la Berlin Philarmonic Orchestra), así como en prestigiosos festivales como el Festival de Salzburgo, el de Viena o el de Lucerna.

¿Podemos concebir la vida sin música? 

Sin música, nuestras almas se convertirían en desiertos.

¿Nos podría decir cuál es su primer recuerdo musical? 

La canción de cuna de mi madre, que siempre escuchaba.

¿Su compositor preferido y la razón de ello? 

Me arrodillo frente a todos los grandes genios y, como soy intérprete –y no solamente pianista–, mi gran tarea es comprender y hacer comprender la música.

¿Cuál ha sido el mayor reto al que se ha enfrentado durante su carrera como músico?

Grandes desafíos para mí fueron las sonatas tardías de Beethoven y el opus 25 de Arnold Schoenberg, y también el trabajo en las sonatas de Schubert.

¿Nos podría contar quién ha supuesto la mayor influencia musical recibida en su vida?

Tuve la suerte de conocer a Sviatoslav Richter de manera muy cercana. Me permito decir que compartimos una amistad durante muchos años. La perfección y sinceridad completa de su interpretación me fascinan, y la sencillez y la naturalidad de su comportamiento han sido contagiosas.

¿Qué recomendaciones nos haría a los amantes de la música durante este confinamiento por COVID-19?

No sabemos cuánto durará la pandemia… ¡Sería tan bonito escuchar todos los días una cantata de Bach, hay tantas! ¡Todas las sinfonías de Mozart! ¡Las canciones de Schubert! ¡Música durante todo el día!

¿Podría ofrecer algún consejo para los jóvenes músicos?

A los jóvenes intérpretes diría: ¡Tengan más respeto a los compositores! Estimad a vuestros compañeros, opinad menos sobre vosotros mismos.

¿Qué opinión le merece la labor de las sociedades de conciertos como la de Alicante?

Es una gran alegría reconocer la labor musical que desde hace años realiza la Sociedad de Conciertos de Alicante, embelleciendo la vida de su público. ¡Bravísimo!

¿Nos podría contar algún recuerdo, anécdota o sentimiento de sus visitas a la Sociedad de Conciertos de Alicante? 

No tengo ninguna anécdota, pero me encanta la arquitectura del Mercado de Alicante, por dentro y por fuera.

¿Su mayor deseo para cuando vuelva a Alicante?

Cuando vuelva, sería muy bonito tomar un fino junto a los amantes de la música y cantar juntos.

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